Juzgar constituye un proceso mental complejo, pero ineludible y presente en todos los actos de nuestra vida. El procedimiento metodológico que requiere de la persona, no se estructura como un algoritmo lógico sino como el discurrir de nuestro pensamiento cuando, motivado por sus propias actitudes, pone algo en duda, se maravilla ante situaciones, se plantea problemas o verifica sus propias teorías y convicciones.
Todo ello significa que es necesario estimular en cada persona un hábito permanente de indagación que no se detiene en la simple opinión o en planteamientos superficiales y poco fundamentados ante ...